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Žižek y yo

McKenzie Wark16 July 2015

Traducido por Sergio Andrés Rueda y Manuel Vargas Ricalde

A Note from the Translator:

This pertinent conversation between Slavoj Žižek and McKenzie Wark on Wark's Molecular Red needs to be available as widely as possible. I think many people in Spanish speaking countries are ready to get into the conversation if we want to have a global perspective of the same phenomena that affects us all.

Read Žižek piece here

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Es iluminador el tener al camarada Žižek para que escriba sobre el trabajo de uno. Pienso que sus comentarios sobre Molecular Red resaltan dos rutas por las que la teoría puede escoger para moverse en este momento: la ruta elevada de la filosofía, o la ruta baja de algo más, aún desconocido. No se trata tanto sobre la ruta correcta o incorrecta, sino más sobre qué tipo de cosas nos permite hacer el tomar una ruta sobre otra. Por lo que permítanme explicar, vía el contraste con la ruta elevada de Žižek, el por qué he tomado la baja. 

Quizás el concepto central en Marx para nuestros tiempos es la fisura molecular. Él entendió de Justus von Leibig que inclusive el capitalismo de mediados del siglo 19 enviaba flujos moleculares dislocados. La ciencia agrícola de Leibig señalaba hacia los déficits de nitrógeno y potasio que ocurren cuando el cultivo alimenta a una población urbana cuya mierda y orina terminaban evacuadas en el océano vía aquella gran de infraestructura decimonónica, la red de drenaje del centro de Londres, construida bajo la supervisión de Joseph Bazalgette.

Sin embargo, existe una ambigüedad en la fisura metabólica. Es tentador el leer una desviación —fisura— de algún estado de la naturaleza cuya metáfora gobernante es la armonía y el orden — metabolismo. Como si la naturaleza fuese como algún libre mercado auto-corregidor que tiende al equilibrio. En esta imagen popular, la ecología es un estado de balance, armonía y orden del que 'nosotros' hemos partido y del cual tenemos que regresar.

Algunas veces, a esta metáfora se le da una coloración feminista, como si la ecología representara las virtudes femeninas que han sido descartadas. Donna Haraway nos advirtió sobre los límites de esta tendencia, algún tiempo atrás, que aprisionaba el eco-feminismo en algunos prejuicios cuestionables de lo que es esencialmente femenino, como la naturaleza, cuidado, armonía, etc. Que suena excelente hasta que te das cuenta de las cosas que excluye: la mujer es igual a la naturaleza pero no a la razón, y etc.

Así como Žižek lo describe en su lenguaje característico: "Uno está tentado en añadir que, si hay algo bueno sobre el capitalismo, es que bajo él la Madre Naturaleza no existe más." O como lo expuse en Molecular Red: No es sólo que, como Nietzsche dice "Dios ha muerto," es también que la Diosa está muerta. No hay ni el espíritu Padre ni la tierra Madre. Nada de esta cosmología metafórica existe más. Y en un doble sentido: estasmetáforas ya no aplican; pero tampoco hay un mundo estable en el que puedan ser aplicadas. Y, como debemos de ver, los medios por los que sabemos que esto no es un mundo estable, son extra-filosóficos.

Una de las figuras para la realización de este pasaje es el Antropoceno. Pero uno tiene que leer esta figura correctamente para entender su significado. El Antropoceno no quiere decir la centralidad del 'Antropos'. No es un antropocentrismo. No es la figura del reemplazo de Dios y Diosa con el Hombre en control del mundo con la Razón. Es algo diferente. Lo que marca este giro, la ruptura a otro tipo de tiempo, es que la tierra no se marca por la interacción humana, sino por los efectos no intencionados de la labor humana colectiva. El Antropoceno es la figura para una serie de fisuras metabólicas que desestabilizan el mundo — de la que el cambio climático es sólo una — como efectos subconscientes y no intencionados, un tipo de destino latente.

Llámalo el Capitaloceno si quieres, como es de hecho el caso del que la fisura metabólica es vastamente acelerada cuando el capitalismo emerge. Pero ten en cuenta dos cosas: no es el caso que el capital interrumpe un mundo previo armónico y en orden. La naturaleza no siempre es estable, y la labor humana colectiva ha siempre ido trasformando sus efectos. Los humanos llevaron a muchas especies a la extinción desde mucho antes que el capitalismo fuera una cosa. También: la abolición del capital no resolvería automáticamente todos nuestros problemas. No es suficiente el negar el capital. Esto deja sin contestar la pregunta de cómo proveer energía y refugio y comida para siete mil millones de personas sin desestabilizar por completo los sistemas planetarios metabólicos.

Por lo que Žižek y yo aceptamos que el lenguaje metafórico del regreso a un orden 'natural' no es de ayuda. Žižek: "El logro clave de Wark es el rechazar este camino: nunca hubo dicho balance, la naturaleza en sí misma ya se encuentra desbalanceada, la idea de la Naturaleza como la gran Madre es otra imagen del divino gran Otro." Ofrece un interesante despliegue sobre el Antropoceno: "la humanidad se vuelve consciente de su propia limitación como especie precisamente cuando se vuelve tan fuerte que influye en el balance de toda la vida sobre la tierra. Era capaz de soñar en ser un Sujeto sólo hasta que su influencia sobre la naturaleza (tierra) no sea ya más marginal, i.e., sólo en contra del trasfondo de una naturaleza estable. Que es otra forma de decir que el Antropoceno no es sobre el Hombre, sino más bien sobre la imposibilidad del Hombre. Nota, sin embargo, que Žižek omite la pregunta de cómo "la humanidad se volvió consciente."

Žižek da tres ejemplos de cómo el Antropoceno finalizó con el concepto de la naturaleza como una ecología de mercado homeostática del orden natural. La primera recodifica mi pensamiento, y la segunda y tercera adjuntan su cosmovisión característica: "Primero, nunca confrontamos a la naturaleza en sí misma: la naturaleza que confrontamos está ya siempre atrapada en la interacción antagonista con la colectiva labor humano. Pero, segundo, la brecha que separa la labor humana de la naturaleza intratable (todo lo que resiste nuestra comprensión) es irreducible. La naturaleza no es un abstracto en "sí mismo", sino ante todo la contrafuerza resistente que enfrentamos en nuestra labor... [Tercero] La naturaleza ya se encuentra en sí perturbada, dislocada..." (énfasis añadido).

Primero, en Molecular Red sigo a Bogdanov al limitar el concepto de la naturaleza en lo que la labor se enfrenta. Pero esta puede ser o no ser una relación antagonista. Bogdanov piensa que dichas metáforas tienden a originarse de nuestras prácticas laborales específicas. Los intelectuales piensan en términos de argumentación para y en contra, y por lo tanto están inclinados a una figura como el antagonismo como metáfora básica. Pero puede haber otras, ya que no todas las labores toman esta forma.

Segundo, Žižek enfatiza de manera característica la brecha que separa la labor de la naturaleza, que luego se convierte, prácticamente siempre, el mismo tipo de brecha — una irreducible. La filosofía aquí enciende sus motores, anticipando un terreno abierto, basado sobre un concepto no dócil a la indagación empírica.

Tercero, Žižek quiere ya decir un poco más sobre la naturaleza, al hacer uso de uno de mis pasajes que incluye lo siguiente: "¿Qué si sólo existe una naturaleza inestable...?" Pero sin el signo de interrogación, hemos más bien superado los límites de lo que pienso que la filosofía puede decir sobre la naturaleza sin diferirla de las ciencias naturales.

Žižek, de manera característica, vira su atención del objeto al sujeto: "La fisura entre la labor y la naturaleza intratable debe de ser suplementada no sólo por una fisura dentro de la naturaleza misma, que es por siempre inestable, sino también por la fisura emergente dentro de la humanidad misma..." Žižek aquí restablece sus famosas brechas, vacíos y divisiones como un tipo de constantes filosóficas, cubriendo en su totalidad el terreno del objeto, sujeto y también de la relación objeto-sujeto. La labor que se enfrenta con la naturaleza, que para mí es sólo siempre colectiva e histórica, se convierte en la brecha universal abstracta entre dos brechas. Aquí se encuentra la diferencia que es siempre lo mismo que tanto molestaba a los Deleuzianos, incluso si es un problema que tampoco ellos pudieron resolver.

En lugar de las constantes brechas, preferiría hacer énfasis más bien en la forma de relaciones históricamente contingentes que atraviesan aquellas supuestas brechas, y que pudiesen, de hecho, ser lo que las producen en primer lugar como un tipo de residuo. La relación labor-naturaleza no es reducible a una relación estructurada como un antagonismo eterno entre el sujeto-objeto. La relación cazador-recolector no es la misma que la del agricultor o los trabajadores industriales, o los intelectuales o los científicos del clima.

Por ejemplo: ¿Cómo siquiera sabemos sobre la fisura metabólica como el cambio climático? Bueno, toma realmente una vasta infraestructura, que incluye aparatos como satélites y computadoras, una organización científica global y demás. En corto, es un conocimiento que puede ser sólo producido vía la evolución de la ciencia y la tecnología en una etapa específica. Esta organización de la labor y la naturaleza produce un entendimiento de la naturaleza que es en sí y al mismo tiempo una ciencia, pero que también se encuentra limitada por la misma forma de labor y aparato que la produce.

Como lo veo, siguiendo a Bogdanov, labores particulares producen metáforas particulares sobre la relación labor-naturaleza. De hecho, siguiendo a Haraway, podemos ejercer algo de presión sobre las categorías de labor y naturaleza. Quizás 'labor' también es un muy presuntiva, muy exclusiva. Quizás hay muchos tipos de acción en el mundo que no son ni productivas ni reproductivas, un tipo de 'acciones queer', si quieres. Las cosmovisiones indígenas pueden no ser reducibles a la 'labor' tampoco. Estas pueden producir otra serie de metáforas.

Por lo que si una labor particular (y no-labor) en el mundo produce un entendimiento de la naturaleza metafórico particular (inclusive algunas veces como algo aparte que la naturaleza), entonces ¿cómo es que se relacionan diferentes acciones en el mundo cada una con otra? Es aquí donde Žižek y yo divergimos más, y la ligera recodificación de Molecular Red que Žižek otorga en su reseña cobra importancia.

Žižek: "el horizonte insuperable de Wark permanece en lo que llama "vida compartida," y cada auto-nominación de cualquiera de sus momentos equivale a una alienación fetichizada." Žižek preferiría pensar en dichos momentos como lo que Badiou llama un Acontecimiento, "la máxima expresión del poder de la negatividad." Enfrentado con el corte que una labor particular hace con una vida compartida, su solución es aquella de la abstracción filosófica 'molar': "la reducción de la complejidad de la situación a lo 'esencial', a su característica clave," que para Hegel es "el poder infinito del Entendimiento." La filosofía es aquello que cuenta con la capacidad de reducir las diferencias a lo mismo.

Žižek: "Aquí no estamos hablando sólo sobre formas ideales o patrones, sino de lo Real. El vacío de subjetividad es lo Real que se encuentra ofuscado por la riqueza de la "vida interior"; el antagonismo de clase es lo Real que se ofusca por la multiplicidad de conflictos sociales." Nota aquí que la brecha entre labor y naturaleza desaparecen. El vació de la subjetividad en sí se convierte en lo Real. En dónde antes los antagonismos hacían referencia a la relación labor-naturaleza, aquí se olvidan, y sólo un antagonismo importa: el antagonismo de clases. La alta teoría por lo tanto se establece como el discurso de lo que es esencial — estas brechas eternas e incognoscibles. El problema más urgente de la naturaleza comienza a desmoronarse.

Es aquí donde pienso que es mejor seguir a Bogdanov por un camino diferente, que llamo baja teoría siguiendo a Stuart Hall y Jack Halberstam para quienes la teoría no es un destino sino un desvío (o dérive) en ruta a otro lugar. Bogdanov estaba preocupado, centralmente, con la pregunta de cómo superar la alienación de labores particulares, y por ende de su conocimiento particular, de cada uno. Él piensa que han habido tres modalidades históricas de organización de labor: autoridad, intercambio y labor cooperativa de camaradería. Las teologías, filosofías e inclusive ideologías populares pueden ser mezclas sofisticadas o locos ingredientes incompatibles de estas tres.

Desde este punto de vista, Žižek toma prestado de la filosofía un cierto gesto de autoridad, donde las cadenas causales se frenan en un plazo pico más allá del cual no puede haber cuestionamiento. Sólo que el último plazo no es más el Dios o la Diosa, y mucho menos Hombre, sino el Vacío. Todo asciende y desciende de este término clave, del cual es guardián el filósofo. El Sujeto, el Objeto, incluso el encuentro del Sujeto con el Objeto son siempre antagonismos hendidos por la siempre-igual imposibilidad. La auto-nombrada tarea del filósofo es la de mostrar cómo todas y cada una de las labores se enfrentan al mismo límite del que el filósofo es el guardián de sus nombres esenciales. Esto es alta teoría en todo su esplendor.

En estos tiempos, es un discurso en búsqueda de un rol. Si uno acepta que Dios y sus similares mitológicos están muertos, entonces ¿quién necesita a sus guardianes intelectuales? La fisura metabólica, como Žižek reconoce, sucede a un nivel molecular: los flujos de nitrógeno y carbono se encuentran fuera de control. Estos flujos son tan imperceptibles a las "grandes políticas" molares, como también a la vida diaria. Žižek: "Sólo puede ser accedida mediante "alta" teoría—un tipo de auto-invertido revés, es sólo mediante lo más alto que llegamos a lo más bajo."

Siempre sospecho la frase "sólo puede." ¿No es ésta la movida clásica del discurso de autoridad? Simplemente afirma su rol como el alfa y el omega del pensamiento. La respuesta de Bogdanov sería como lo siguiente: más que subordinar las labores particulares que producen conocimiento de cosas como la fisura metabólica a la autoridad de una filosofía primaria, tomemos un paso hacia atrás. Dichas filosofías son en sí mismas productos de una forma de labor, usualmente de labor intelectual, de tipo contemplativo. Las formas de labor producen extensiones metafóricas de ellas mismas que entienden el mundo sobre un modelo de sus propias acciones.

Por lo que: más que subordinar todas las labores, particularmente del tipo novedoso, a extensiones metafóricas de una labor particular, particularmente una obsoleta, una basada en la autoridad, hagamos algo diferente. Practiquemos una teoría baja que busque formas de extender las metáforas fuera de todas las labores particulares y experimentalmente probarlas a medida de entender el panorama. Un ejemplo singular se encuentra aquí antes que nosotros: Marx entendió la fisura metabólica como una extensión fuera de la vida de las ciencias y la química agrícola de su tiempo, y aún funciona muy bien. No necesita recodificarse de nuevo en un eterno conjunto de conceptos pre-modernos construidos sobre eternos vacíos.

Žižek trata de aferrarse con este problema de labor científico avanzado en los párrafos conclusivos de su pieza, donde trata de absorber mi categoría del aparato inhumano. Trabajando sobre Donna Haraway, Paul Edwards y Karen Barad, construí en Molecular Red un enfoque marxista de la ciencia que no trata de legislar por ella, o fetichizar sus teorías, o de recuperar la totalidad de su forma alienada y específica. En corto, no quiero subordinar la labor científica a la filosófica. Más bien: pienso que un enfoque marxista de la ciencia tiene que preguntarse cómo se produce.

Sabemos que las relaciones de producción dentro de las que la ciencia ocurre, pueden actuar como una traba: es subordinada a imperativos comerciales o militares. Pero incluso una perspectiva más vulgar-marxista pudiese preguntar qué son sus fuerzas de producción: ¿qué tipos de labor y aparatos están involucrados en su realización? Por lo tanto, de Barad tomé la pregunta del aparato científico, aquella mezcla cyborg de piel y tecnología que generalmente se encuentra en el sótano de una institución de la investigación. Y de Edwards tomo el ejemplo particular del aparato que hizo al cambio climático posible como un aparato sensorial.

Aquí estaba respondiendo a Quentin Meillassoux y en general al realismo especulativo. Siendo breve: pueden haber, de hecho, objetos del conocimiento que pre-existen cualquier sujeto que es su correlación. Pero lo que Meillassoux omite es el aparato a través del cual aquella cosa no-humana está mediada. ¿Cuáles son los medios de producción de un conocimiento de lo no-humano? ¿Cómo se encuentra lo no-humano mediado a lo humano que no es su correlación? La respuesta más interesante, pienso, es el aparato. El aparato es lo inhumano que media lo no-humano a lo humano, cada cual es, por lo menos en parte, co-producido por esta misma relación.

Žižek: "Los elementos verdaderamente extraños en la triada de humanos, la realidad que confrontan y los aparatos que usan para penetrar la realidad no son, por lo tanto, una realidad externa intratable, sino los aparatos que median entre los dos extremos..." La naturaleza inhumana del aparato es, de hecho, algo curioso. Pero no diría que ésta "penetra" la realidad, ya que esta metáfora nos conduce de vuelta a la madre naturaleza escondiendo sus secretos del padre ciencia. ¿No es precisamente este lenguaje que tratamos de deshacernos? Tampoco diría que lo humano y lo no-humano son extremos mediados por el aparato. Más bien, señalaría la manera en que los términos son, por lo menos en parte, producidos por esta relación, por el aparato mismo como productos históricos, más que dados filosóficos.

El aparato — la fuerza de producción del conocimiento mismo — siempre es histórico. Los satélites y computadoras que hacen posible la ciencia del cambio climático surgen de una historia particular de la guerra fría en la que la labor científica y técnica se encuentra incrustada. Y, sin embargo, permiten la producción de nuevo conocimiento sobre la naturaleza. Así como Marx prestó atención a la ciencia de suelo de su tiempo y produjo su concepto — fisura metabólica — nos podemos ahora extender y, quizás, modificar aquella metáfora a la luz de la ciencia climática, que muestra que el carbono está sujeto a una fisura metabólica global.

Estos son aquí los dos caminos, por lo tanto: Ya sea la alta teoría, que subordina la labor y ciencia a metáforas de su propio pasado. O la baja teoría, que negocia experimentalmente entre extensiones metafóricas de varias formas de labor y ciencia, de la manera como éstas se relacionan al mundo en estos momentos. Escojo el segundo camino, ya que me parece que los problemas claves a ser pensados surgen fuera de la forma histórica particular en la que la labor se enfrenta a la naturaleza en nuestro tiempo, resumida en la figura del Antropoceno.

En el pequeño mundo que Žižek y yo compartimos, de teoría marxista y sus fuentes, pienso que las fuentes más útiles aquí involucran un rechazo al materialismo dialéctico leninista y escoger la otra tenaza en el camino histórico — la tektología de Bogdanov, o baja teoría. En este camino, la labor y ciencia están de primero, y los conceptos son derivados como una segunda orden práctica para coordinar aquellas labores separadas. Si este camino tiene un pequeño mérito, es que el concepto de lo que es labor para uno, y lo que es naturaleza, pueden más o menos estar al día.

El pensamiento de uno puede entonces seguir la agenda de la ciencia y la labor conjunta, en lugar de recodificar aquella agenda por la que la alta teoría se genera internamente, una agenda que, curiosamente, continúa desechando la naturaleza. No menos porque es un término históricamente variable, cambiando con cada época de labor y ciencia, debido a que es, al final, sólo un término a manera de separador para aquello que la labor enfrenta.

Texto original publicado en Public Seminar Commons, Žižek and me (4 de junio del 2015) [http://www.publicseminar.org/2015/06/Žižek3/#.VXD8ftJ_Okp]



Manuel Vargas Ricalde works as a translator. His MA thesis was recently published by Atropos Press "Theory at the end times". He owns the website Orangegutanlab where he publishes his translations.

Sergio Andrés Rueda is a student of philosophy at the Universidad Industrial de Santander in Colombia, where he is part of a student movement currently in a struggle against Paramilitarism and for the end of the Colombian Civil Conflict as a part of ACEU.

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